jueves, 22 de septiembre de 2011

Innovar en defensa propia


La reciente jornada extraordinaria de REBIUN celebrada en Madrid el pasado 16 de septiembre dentro del proceso de elaboración de su III Plan estratégico, fue inaugurada con una conferencia de Lluis Anglada, director del CBUC, titulada "Si esto es un nuevo paradigma, ¿dónde quedan las bibliotecas?: externalización, cooperación y alianzas en tiempos de cambio". Fue bastante interesante, a la par que breve (lo bueno si breve...), y hay que reconocer que dejó caer algunas ideas cuando menos sugerentes. En un determinado momento de su intervención, Anglada dijo textualmente que "hoy es posible imaginar un mundo sin bibliotecas", una afirmación que conduce a pensar que bibliotecas y bibliotecarios deberíamos, en defensa propia, apresurarnos a revisar nuestra función y formas de hacer. A partir de esa constatación la conferencia hizo un llamamiento a la innovación...


La casualidad hizo que, encontrándome yo al día siguiente hojeando los últimos números de la HDBR, me topara con un artículo sobre "Los cinco mitos de la innovación" publicado en el número de mayo de este año (1). El artículo se iniciaba recordando que la innovación no sólo tiene que ver con las nuevas tecnologías y el desarrollo de nuevos productos, sino que "cada vez en mayor medida, la innovación se considera como la aplicación de nuevos servicios, modelos de negocio, planes de tarificación y vías de acceso al mercado, así como nuevas prácticas de gestión". Aquí encaja algo señalado por Anglada en su conferencia: que, en su opinión, las algunas bibliotecas se dedican más bien a jugar con la tecnología, sin que ello tenga repercusiones trascendentales en materia de innovación real.

El artículo de Birkinshaw, Bouquet y Barsoux, basado en el estudio de trece compañías internacionales, pasa revista a un quinteto de mitos sobre la innovación y es posible que pueda ayudarnos a centrar el asunto de la innovación si es que, como afirmaba el conferenciante en REBIUN, no nos queda otra que innovar. Veamos:


a) el mito del "momento eureka": la innovación no obedece a momentos de brillante inspiración repentina al modo de Arquímedes en su bañera o Newton bajo el manzano, sino que responde a un proceso mucho más largo y gradual. Como dicen los autores del artículo, "la innovación es en un 5% inspiración y un 95% transpiración" (luego, si queremos innovar hay que trabajar duro y sudar la camiseta);

b) el mito del "constrúyelo y vendrán" que remite al entusiasta/optimista/esperanzado uso de las herramientas 2.0 para estimular la participación de empleados y clientes en los procesos de innovación. El frecuente fracaso de las comunidades online por falta de motivación y falta de relevancia de las propuestas, obliga a rebajar las expectativas sobre el poderío de la web 2.0 para esta finalidad. El consejo de los tres autores es que "los foros online son buenos para captar y filtrar una gran cantidad de ideas existentes; los foros en persona son buenos para generar y desarrollar nuevas ideas";

c) el mito de la innovación abierta, es decir, la que proviene de fuera de la organización (p. ej. de los clientes). A decir de los autores hay que estar atento a sus (elevados) costes, incluido todo lo referente a la propiedad intelectual;

d) El mito de que la innovación se fomenta mediante recompensas económicas cuando es más bien al contrario: "todo sugiere que la innovación no requiere recompensas monetarias. La innovación es intrínsecamente agradable, y es fácil reconocer y otorgar estatus a aquellos que contribuyen con su esfuerzo discrecional a esa tarea". Si, como puede ser nuestro caso a juzgar por lo dicho por Anglada, de la innovación depende la supervivencia, razón de más para que sea "de gratis";

e) por último, el mito de la superioridad de la innovación ascendente (la va desde los niveles inferiores de la organización hacia los superiores). A este respecto, los autores del artículo declaran que en su estudio quisieron "hallar casos en los que los cambios radicales hubieran surgido a través de iniciativas ascendentes. Pero regresamos con las manos vacías". Al parecer, la innovación exitosa precisa de esfuerzos tanto ascendentes como descendentes. El problema es la habitual desconexión entre ambos.


(1) J.Birkinshaw, C.Bouquet, J.L.Barsourx, "Los cinco mitos de la innovación", Harvard Deusto Business Review (mayo 2011), pp.12-24.

FOTO: Cayusa, "Just Full Of Ideas",www.flickr.com/photos/cayusa/981372736/

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