viernes, 16 de enero de 2009

Bibliotecas 2.0

La biblioteca 2.0 surge de la web 2.0 la cual, siguiendo a la e4pedia, puede caracterizarse como “la etapa abierta en internet tras la caída de las puntocom (2001), en la que los contenidos de los servicios online de referencia pasaron a ser creados por los propios usuarios en vez de por plantillas profesionalizadas. Esto, a su vez, permitió la participación de los usuarios en la generación del output de los servicios y a veces la interacción en comunidades”.
En el documento fundamental sobre la web 2.0, ¿Qué es web 2.0? de Tim O’Reilly, se dice que web 2.0 es una actitud, no una tecnología. María Moliner, en su Diccionario de uso del español, definió actitud como “manera de estar alguien dispuesto a comportarse u obrar”. ¿Cómo están las bibliotecas dispuestas a comportarse de acuerdo con la actitud 2.0? Aunque el documento de O’Reilly ya describe los principios de la web 2.0, para mi reflexión prefiero utilizar el enfoque de Brandon Schauer que, en “What put the ‘2’ in web 2.0?” y “Experience Atributes: Crucial DNA of Web 2.0”, intenta identificar el ADN de la web 2.0. Así, por un lado, señala los atributos fundamentales (foundation attributes) de la web 2.0 que -aunque importantes no son suficientes- necesitan de otros atributos, los experience attributes, para completar el ADN. Entre los atributos fundamentales cita la cola larga (long tail), el efecto red y el valor de la contribución del usuario (user contributed value); entre los atributos de la experiencia de servicio (experience attributes): descentralización, co-creación o creación compartida, remezclabilidad (remixability) y sistemas emergentes.
La biblioteca 2.0 debe compartir el ADN de la web 2.0. Definiciones de biblioteca 2.0 hay muchas, como por ejemplo la de LISWiki: “la biblioteca 2.0 es una transformación de la forma de suministrar los servicios bibliotecarios a los usuarios. Proporciona nuevas herramientas para hacer el espacio de la biblioteca (tanto virtual como físico) más interactivo, colaborativo y orientado a las necesidades de la comunidad. Promueve la interacción social colaborativa bidireccional entre el personal de la biblioteca y los usuarios. La biblioteca 2.0 necesita de la participación y el feedback del usuario para el desarrollo y mantenimiento de los servicios bibliotecarios”. A la vista de esta definición, la primera pregunta que cabría hacerse es si, realmente, el usuario quiere o está dispuesto a colaborar; algo a lo que, obviamente, no se puede responder si no aclaramos antes en qué tiene que colaborar.