Como cualquier sector de la actuación pública, la educación superior experimenta hoy graves problemas de financiación y no parece posible que la solución sea aquello que dijo Woody Allen de que "arreglar los problemas económicos es fácil, lo único que se necesita es dinero"... Hay que contener los gastos, ser más cautelosos con planes y presupuestos, y más eficientes con el gasto. En su libro Las reglas del juego, Jorge Juan Fernández cita la Ley de Bok que proporciona una argumento corto y claro en apoyo del mantenimiento de los niveles de financiación de la educación: "si crees que el conocimiento es caro, prueba con la ignorancia". Desgraciadamente con frases ingeniosas y/o brillantes no creo que vayamos muy lejos.
Por el blog Plinius, del bibliotecario noruego Tord Høivik, he tenido noticia del interesante y conciso análisis que hace un profesor de la University of Southern California, Lloyd Armstrong, de los elevados costes de la enseñanza superior en su país. Aunque optimistas y casticistas puedan decir que esto no tiene por qué ocurrir aquí, ya el propio Høivik reconoce que lo mismo sucede en su país ("sounds like Norway...)". Insisto en que me parece un análisis muy interesante, y si bien no quiero ahorrar a nadie su lectura (aunque está en inglés, es bastante breve), sí que me permito entresacar algunas ideas (no todas)...