Gracias a un post de Oscar Cortés en su blog i-public@, he conocido los planteamientos del profesor Fernando Vallespín sobre el futuro que le aguarda a la sociedad tras la crisis. En una charla pronunciada en ESADE ("Consecuencias políticas y sociales de la crisis"), Vallespín auguraba la llegada de la Neomodernidad en sustitución de la Postmodernidad. Navegando por un invento postmoderno como es la web he encontrado un artículo que publicó el propio Vallespín en el diario El País en 2008 en el que traza las características principales de la Neomodernidad. Reproduzco extractadas algunas de ellas:
- "el rasgo más marcado (...) es el renovado protagonismo de la economía. Frente a la prioridad que en la anterior fase postmoderna acabó teniendo lo cultural - en un sentido lato - se alza ahora lo económico como el factor central de la actividad humana". Debido a ello, "los conflictos en torno a la distribución de los recursos pasarán al centro de interés y se postergarán los identitarios";
- "valores como solidaridad, igualdad, autoridad, esfuerzo, responsabilidad, cotizarán al alza. Los clásicos valores densos de nuestra herencia moderna postergarán a los más ligeros (...) del 'todo vale', la gratificación inmediata, el hiperconsumo, la autorrealización individual";
- "habrá una tendencia a moderar el individualismo y el privatismo radicalizado en aras de un mayor compromiso con los objetivos sociales generales. Todo ello en nombre del gran valor de la neomodernidad: el orden";
- "orden y seguridad, asociados al bien común y solidaridad, tienen garantizada una buena prensa en momentos en los que acucia la necesidad y el miedo. El gran gestor del orden, la seguridad, pero también la protección social más general, ha sido siempre el Estado (...) que volverá a gozar de una rebovada legitimidad".
El caso es que, cuando aún no parece haberse generalizado la figura del bibliotecario postmoderno, el bibliotecario-ciborg (1), nos llegan estos pronósticos que nos invitan a preguntarse cómo pueden ser las bibliotecas neomodernas. Especulemos un poco...
Se ha afirmado (2) que las bibliotecas son, por naturaleza, instituciones modernas al encarnar valores como el orden, la fiabilidad, la previsibilidad, la racionalidad y la autoridad. Fueron la web y el mundo digital quienes, con sus valores postmodernos, pusieron en tela de juicio los fundamentos modernos de las bibliotecas y la biblioteconomía. En el plano de la Administración pública, Peter Bogason (3) cita como características de la modernidad la racionalización, la centralización, la especialización y la burocratización; en tanto que vincula la postmodernidad con la fragmentación, la descentralización, la individualización y la internacionalización. A partir de estas pinceladas podemos, a título meramente especulativo - insisto - apuntar algunas ideas (más bien preguntas) sobre las repercusiones de la prometida Neomodernidad en las bibliotecas universitarias.
a) Si, como postula Vallespín, vamos hacia una moderación del individualismo, podríamos preguntarnos en primer lugar acerca del papel que va a jugar en los próximos años el principio de la orientación al cliente (o al usuario) en las bibliotecas. Como ya comenté en un post anterior, la orientación al cliente es un enfoque básicamente individualista con problemas de encaje en la condición de servicio público que tiene la mayoría de las bibliotecas. ¿Significará la Neomodernidad el fin - o al menos la atenuación - de la orientación al cliente?
b) Esto conecta con otro aspecto sobre el que Vallespín llamaba la atención: la afirmación de las políticas de igualdad frente a las de diferencia. En sus críticas hacia la biblioteconomía moderna, Candy Hillenbrand (4) afirma que existe "un cisma fundamental entre la teoría y la práctica" en la medida en que "mientras la profesión declara valores de inclusión y respeto a la diversidad, la realidad es la de una cultura de exclusión". ¿Conllevará la Neomodernidad el fin de ese cisma? ¿Cómo articular esa igualdad en un entorno dominado por las diferencias de trato entre los diversos colectivos de usuarios? (las normas de préstamo de la mayor parte de las bibliotecas univeristarias son un buen ejemplo de ello).
c) Un tercer aspecto a considerar es la preocupación por la economía. En su artículo de El País, el citado autor habla de administrar la escasez y de conservar lo ya alcanzado, cuando no de administrar las pérdidas. Dentro de este sombrío panorama no queda más remedio que plantearse la cuestión de la eficiencia - según David Farmer (5), un concepto propio del enfoque moderno -. Si la gestión de la escasez obliga a otorgar más protagonismo a la eficiencia vamos a tener que empezar a pensar en corregir varias de las fuentes de la ineficiencia bibliotecaria...
d) Con ello llegamos a la centralización (¿o re-centralización?) neomoderna frente a la descentralización postmoderna. ¿Asistiremos a un nuevo movimiento centralizador de bibliotecas y medios, frente a las siempre presentes tendencias descentralizadoras? En la misma línea, las estructuras organizativas de las bibliotecas también pueden verse afectadas. Hace ya muchos años, Deborah Carver (6) nos recordaba que mientras el crecimiento tiende a producir departamentalización y fragmentación, el estancamiento y la crisis económica generan fusión e integración. ¿Tedremos que "estrechar" los organigramas?
e) Por último, algo sobre el CRAI, un 'modelo' con algunas notas postmodernas como la ambigüedad (un "centro" que no necesariamente es un centro), la heterogeneidad (fórmulas organizativas diversas y difusas) o la fragmentación (encargado de gestionar unos 'recursos de aprendizaje' que nadie sabe del todo cuáles son o, incluso, cuáles de ellos deben quedar bajo la responsabilidad de otras unidades universitarias). ¿Qué pasará con el paradigma CRAI tras el advenimiento de la Neomodernidad?
Como decía Paul Valéry, el futuro ya no es lo que era...
(1) A.R. YODER, "The Cyborg Librarian as Interface: Postmodern Discourse on Knowledge Construction, Validation, and Navigation within Academic Libraries", portal: Libraries and the Academy, 3, 2 (2003)
(2) D. MUDDIMAN, "Towards a Postmodern Context for Information Library Education", Education for Information, 17, 1(1999) ; K.L. RAY, "The Postmodern Library in an Age of Assesment, ACRL Tenth National Conference, 2001
(3) P.BOGASON, "Postmodern Public Administration", en E.FERLIE, L.E.LYNN Jr., C.POLLITT (eds.), The Oxford Handbook of Public Management, 2005
(4) C.HILLENBRAND, "Librarianship in the 21st century - crisis or transformation?", The Australian Library Journal, 54, 2 (2005)
(5) D.J. FARMER, "Derrida, Deconstruction, and Public Administration", American Behavioral Scientist, 41, 1 (1997) y "Social Construction of Concepts: the case of efficiency", en D.J. FARMER (ed.), Papers on the Art of Anti-Administration, 1998
(6) D.CARVER, "From circulation to access services: the shift in academic library organization", Collection Management, 17, 1/2 (1992)
FOTO: "Obama Jedi", Michael Verdi, www.flickr.com/photos/verdi/3215299857/
No hay comentarios:
Publicar un comentario