Parece que también hemos de apretarnos el cinturón en lo que respecta a los servicios públicos. Su elevado coste empieza a ser revisado. Llega el copago (si bien no se trata tanto de contribuir a sufragar el servicio, como de contener sus costes disuadiendo a los ciudadanos de un uso abusivo de los mismos). A propósito de ello, un hallazgo para mi gabinete de curiosidades (GdC) en el último número de la HDBR (1): la teoría de los puntos de decisión...
Tal como marchan las cosas puede darse el caso que los gestores de servicios públicos deban orientarse más a facilitar el uso responsable de dichos servicios, que a estimular su demanda. Para ello puede ser de ayuda la "teoría de los puntos de decisión". Según sus proponentes consiste en insertar pequeños costes de transacción, crear interrupciones en la actividad del consumo o proporcionar recordatorios e información. Un ejemplo relatado en el artículo de la HDBR permite entenderlo mejor: la gente se queja de que en las comidas tipo buffet come demasiado porque suele repetir. Con objeto de proporcionar a los comensales un punto de decisión para reconsiderar su decisión de servirse más comida, los autores del artículo colocaron una cuerda alrededor de la mesa de las viandas que obligaba a acceder a ella a través de un único punto (ese era el coste de transacción). Si antes del experimento el porcentaje de comensales repetidores fue del 54%, con el truco de la cuerda ese porcentaje descendió hasta el 23%. Como reza el subtítulo del artículo: "las intervenciones externas pueden ayudar a frenar el consumo excesivo al proporcionar a los individuos una oportunidad para detenerse y reflexionar".
(1) D.Soman, J.Xu, A.Cheema, "Los puntos de decisión: una teoría sobre el consumo", Harvard Deusto Business Review, mayo 2010.
FOTO: "Asian Specialties", Sanctu, http://www.flickr.com/photos/mithril/2946997116/
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