Mostrando entradas con la etiqueta usuarios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta usuarios. Mostrar todas las entradas

sábado, 22 de mayo de 2010

GdC: la teoría de los puntos de decisión


Parece que también hemos de apretarnos el cinturón en lo que respecta a los servicios públicos. Su elevado coste empieza a ser revisado. Llega el copago (si bien no se trata tanto de contribuir a sufragar el servicio, como de contener sus costes disuadiendo a los ciudadanos de un uso abusivo de los mismos). A propósito de ello, un hallazgo para mi gabinete de curiosidades (GdC) en el último número de la HDBR (1): la teoría de los puntos de decisión...


sábado, 20 de febrero de 2010

Calidad decorativa


Hace días encontré un par de posts en el blog de Juan Carlos Alcaide que contienen dos frases que no quiero dejar en el olvido y que tienen que ver con una de mis áreas de interés y trabajo: la calidad y la satisfacción del cliente.

El primer post, titulado Lo que yo haría en economía, combina un breve análisis de las debilidades de la economía española y una propuesta de medidas para tratar de resolverlas. Como puente entre ambos bloques una frase contundente: "la calidad de nuestros servicios no ha sido, ni está siendo, la salida española de la crisis".... ¿Cómo puede ser esto - se pregunta uno - con la cantidad de invocaciones y declaraciones que tantas y tantas empresas y organizaciones del sector servicios dedican a la calidad? Si Alcaide está en lo cierto cabe dudar de si realmente la calidad interesa, de si realmente se entiende y/o de si realmente se orienta al cliente. Estas tres preguntas acaso se podrían resumir en una única cuestión: ¿realmente nos tomamos en serio la calidad?...

Leer mas

Una posible respuesta a esta pregunta puede extraerse del segundo post al que he aludido al comienzo titulado Gestión de clientes: desesperante. Su planteamiento lo puedo resumir con un fragmento del post: "estoy cansado de que en hoteles de apariencia experiencial, me salude la televisión por mi nombre y me pongan Café del Mar (que me encanta esa música), pero se olviden de lo básico". Tras poner algunos ejemplos de esos "básicos olvidados", remata Alcaide su post con la otra frase que quiero conservar: "se cuida la decoración más que al cliente". Aunque la frase se refiera a los hoteles creo que posiblemente esto algo que también sucede (no siempre) con la práctica de la gestión de la calidad en muchas organizaciones de la Administración (incluidas las universidades): interesa más la calidad como decoración que la calidad como cuidado del cliente (y empleo deliberadamente el término "cuidado del cliente" en lugar del término estándar "atención al cliente"). A propósito de ello es recomendable la lectura del post La gestión de calidad en la Administración pública
(en el blog Administraciones en Red) y todos los comentarios asociados.

Foto: "Farolillos", de Aypexa / Jael Herrera, http://www.flickr.com/photos/aypexa/4361668675/

martes, 25 de agosto de 2009

La (trampa) de la satisfacción del cliente

Resulta habitual oir, afirmar, declarar, escribir, etc. que la satisfacción del cliente es la clave de la gestión de las universidades competitivas y, por tanto, de sus bibliotecas. Quienes pronuncian o escriben este tipo de sentencias parten de la hipótesis de que la receptividad hacia las preferencias de los clientes/usuarios mejora los servicios públicos (los hay incluso que piensan que esa receptividad es la única forma posible para mejorar los servicios públicos). Esta idea tiene mucho que ver con el predicamento alcanzado por el movimiento de la Nueva Gestión Pública que ha hecho que los modelos de gestión que enfatizan la satisfacción de la clientela hayan adquirido carta de naturaleza en las organizaciones públicas. A partir de ahí, todo o casi todo el mundo se apresura a subirse al tren de la satisfacción del cliente aun cuando su aplicabilidad a los servicios públicos sea, cuando menos, matizable.

Con independencia de los debates científicos sobre si es lícito o no hablar de clientes en los servicios públicos (v. post Calidad y buen servicio aunque no haya beneficio) y de si, finalmente, los usuarios de las bibliotecas son auténticos clientes o más bien beneficiarios, lo cierto es que la satisfacción del cliente como objetivo fundamental de la gestión bibliotecaria (de la calidad) no está exenta de dudas. Para tratar de despejar estas dudas podemos partir, por ejemplo, de la afirmación de Aberbach y Christensen (1) de que el enfoque al cliente favorece una aproximación individualista del usuario a los servicios que prestan las Administraciones públicas que no concuerda con su condición de servicios públicos en tanto basados en valores como la equidad, la igualdad de oportunidades, la legalidad (e incluso la oportunidad política)...