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Foto: Justusbluemer, "Banane" en www.flickr.com/photos/justusbluemer/6044992549/ |
El reciente informe sobre la productividad de las universidades españolas elaborado por la Fundación BBVA y el IVIE destaca, entre otras muchas cosas, que 18 de las 50 universidades públicas son responsables de más de la mitad de la producción científica universitaria (medida ésta en términos de documentos producidos y de citas recibidas). Esa tendencia a la concentración, no es sin embargo exclusiva de España (se produce también en el resto de Europa y en EE.UU.) y está asimismo presente en los rankings de universidades que tanto llaman la atención de los políticos, la prensa y, en general, la opinión pública. Recomiendo la lectura de los posts que hace poco dedicó Tomás Gómez, Director de Logística de la Universidad Carlos III, en el blog "Más que universidad-Gestión y finanzas universitarias", al siempre controvertido tema de los rankings de universidades (v. post 1 y post 2). Hace aún menos tiempo, a propósito de un seminario en Almaty (Kazajstán) sobre los rankings universitarios, la publicación Times Higher Education incluía un artículo que recomendaba a los responsables de la educación superior no apostar por estrategias (¿o estratagemas?) dirigidas a entrar a toda costa en los rankings (cosa, en muchos casos, relativamente sencilla si se sabe sacar partido de las insuficiencias y sesgos que todos los rankings tienen). En opinión del articulista lo que tienen que hacer las universidades es "make sure its academics are publishing cutting-edge research in journals that are widely regarded and widely read, that they are attending the right conferences, are part of the right research networks, are forging international partnerships, and are nurturing the next generation of international scholars and are producing employable graduates who become ambassadors for their alma mater". ¡Casi nada! Lo cierto es que, como bien recuerda Tomás Gómez, cuando las universidades logran figurar en esos rankings se esfuerzan en pregonarlo y dar la máxima publicidad, mientras que cuando no aparecen o pasan olímpicamente de los dichosos rankings, u optan por criticar su valor y relevancia. Como dice el refrán, cada uno habla de la feria como le va en ella...